



lo que creemos
LAS ESCRITURAS
La Biblia es la Palabra inspirada de Dios, el producto de hombres santos de la antigüedad que hablaron y escribieron siendo inspirados por el EspĆritu Santo. El Nuevo Pacto, tal como estĆ” registrado en el Nuevo Testamento, lo aceptamos como nuestra guĆa infalible en asuntos relacionados con la conducta y la doctrina. (II Tim. 3:16, I Tes. 2:13, II Pedro 1:21).
LA DEIDAD
Nuestro Dios es uno, pero manifestado en tres personas - El Padre, El Hijo y El EspĆritu Santo, siendo co-iguales (Filipenses 2:6). Dios Padre es mĆ”s grande que todos; el remitente de la Palabra (Logos) y el Engendrado (Juan 14:28, Juan 16:28, Juan 1:14). El Hijo es el Verbo cubierto de carne, el UnigĆ©nito, y ha existido con el Padre desde el principio (Juan 1:1, Juan 1:18, Juan 1:14). El EspĆritu Santo procede tanto del Padre como del Hijo y es eterno (Juan 15:26).
EL HOMBRE, SU CAĆDA Y REDENCIĆN
El hombre es un ser creado, hecho a semejanza e imagen de Dios, pero, a travĆ©s de la transgresión y caĆda de AdĆ”n, el pecado entró en el mundo. "Todos pecaron y estĆ”n destituidos de la gloria de Dios". Como estĆ” escrito, "No hay justo, ni aun uno". Jesucristo, el Hijo de Dios, se manifestó para deshacer la obra del diablo y dio Su vida y derramó Su sangre para redimir y restaurar al hombre a Dios (Rom. 5:14, Rom. 3:10, Rom. 3: 23, 1 Juan 3:8). La salvación es el don de Dios al hombre, separado de las obras y de la ley, y se hace operativo por la gracia mediante la fe en Jesucristo, produciendo obras aceptables a Dios (Efesios 2:8).
LA VIDA ETERNA Y EL NUEVO NACIMIENTO
El primer paso del hombre hacia la salvación es la tristeza según Dios que produce arrepentimiento. El Nuevo Nacimiento es necesario para todos los hombres, y cuando se experimenta, produce vida eterna (II Cor. 7:10, I Jn. 5:12, Jn. 3:3-5).
BAUTISMO EN AGUA
El bautismo en agua es por inmersión, es un mandamiento directo de nuestro Señor y es solo para creyentes. El sacramento del bautismo en agua en el nombre de Jesús, es una participación real en la muerte, sepultura y resurrección de Cristo (Mat. 28:19, Lucas 24:46-47, Rom. 6:4, Col. 2:12, Hechos 2: 38, 8:36-39, 19:5).
Se adoptan las siguientes recomendaciones con respecto a la fórmula bautismal en agua: a saber: "Por la confesión de vuestra fe en el SeƱor Jesucristo, Hijo de Dios, y por la confianza que tenĆ©is en Ćl, yo os bautizo ahora en el Nombre del SeƱor Jesucristo, para la remisión de vuestros pecados, y recibirĆ©is el don del EspĆritu Santo".
BAUTISMO EN EL ESPĆRITU SANTO
El Bautismo en el EspĆritu Santo y fuego es un don de Dios como lo prometió el SeƱor Jesucristo a todos los creyentes en esta dispensación y se recibe despuĆ©s del Nuevo Nacimiento. Esta experiencia va acompaƱada de la evidencia inicial de hablar en otras lenguas como el mismo EspĆritu Santo da expresión (Mat. 3:11, Juan 14:16-17, Hechos 1:9, Hechos 2:38-39, Hechos 19:1). -7, Hechos 2:4).
SANTIFICACIĆN
La Biblia enseña que sin santidad nadie puede ver al Señor. Creemos en la Doctrina de la Santificación como una obra de gracia definida pero progresiva, que comienza en el momento de la regeneración y continúa hasta la consumación de la salvación al regreso de Cristo (Heb. 12:14, I Tes. 5:23, II Pedro 3). :18, II Corintios 3:18, Filipenses 3:12-14, I Corintios 1:30).
SANIDAD DIVINA
La sanidad es para las enfermedades fĆsicas del cuerpo humano y es obrada por el poder de Dios mediante la oración de fe y la imposición de manos. EstĆ” provisto en la expiación de Cristo, y es el privilegio de cada miembro de la Iglesia hoy (Marcos 16:18, Santiago 5:14-15, I Pedro 2:24, Mateo 8:1-17, IsaĆas 53). :4-5).
LA RESURRECCIĆN DE LOS JUSTOS Y EL REGRESO DE NUESTRO SEĆOR
Los Ć”ngeles dijeron a los discĆpulos de JesĆŗs: "Este mismo JesĆŗs vendrĆ” asĆ como le habĆ©is visto ir al cielo". Su venida es inminente. Cuando Ćl venga, "... los muertos en Cristo resucitarĆ”n primero; luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al SeƱor en el aire..." (Hechos 1: 11, 1 Tesalonicenses 4:16-17). RegresarĆ” a la tierra como Rey de reyes y SeƱor de seƱores, y junto con Sus santos, que serĆ”n reyes y sacerdotes, reinarĆ” mil aƱos (Ap. 20:6).
EL INFIERNO Y LA RETRIBUCIĆN ETERNA
El que muere fĆsicamente en sus pecados sin aceptar a Cristo, estĆ” perdido eternamente y sin esperanza en el Lago de Fuego y por lo tanto no tiene mĆ”s oportunidad de escuchar el Evangelio o arrepentirse. El lago de fuego es literal. Los tĆ©rminos "eterno" y "sempiterno" usados para describir la duración del castigo de los condenados en el Lago de Fuego, llevan el mismo pensamiento y significado de existencia sin fin que se usa para denotar la duración del gozo y el Ć©xtasis de los santos en la presencia de Dios (Hebreos 9:27, Apocalipsis 19:20).